A pesar de los anuncios oficiales sobre la restauración de relaciones diplomáticas entre Siria y el Reino Unido, el progreso práctico sigue siendo muy lento. Las embajadas aún permanecen cerradas y no se ha realizado intercambio de embajadores, lo que genera dudas sobre la seriedad de Londres. La embajada siria en Londres está cerrada desde 2012 y presenta un aspecto abandonado, mientras que el Reino Unido no ha anunciado una fecha para reabrir su embajada en Damasco.
Este estancamiento coincide con reservas políticas y logísticas británicas que obstaculizan la ejecución de la normalización. Londres prefiere canales de comunicación indirectos y evita tratar directamente con el nuevo gobierno sirio. En cambio, otros países avanzan con más rapidez hacia Damasco, dejando al Reino Unido rezagado frente a sus vecinos europeos.
Razones del retraso y precauciones británicas
Fuentes informadas explican que el retraso en reabrir la embajada británica en Damasco se debe a varios factores: el edificio está deteriorado tras años de inactividad, y existen preocupaciones de seguridad persistentes, especialmente por enfrentamientos internos en regiones como la costa siria y Suweida. Estos acontecimientos aumentan la cautela occidental ante la inestabilidad regional.
Expertos señalan que el Reino Unido intenta equilibrar su deseo de influir en la transición siria con la necesidad de mantener cierta distancia política del régimen. Aunque el Reino Unido levantó algunas sanciones a Damasco en los últimos meses, sus medidas concretas han sido tardías y cautelosas.
Rol diplomático indirecto
La representante especial británica para Siria, Ann Snow, desempeña un papel clave mediante canales diplomáticos discretos. Fue la primera diplomática occidental en visitar Damasco tras el cambio de régimen en diciembre. Gracias a sus estrechas relaciones y visitas frecuentes, habría convencido al gobierno británico de levantar sanciones y sostener el diálogo.
Ann Snow también supervisa los programas de ayuda del Reino Unido en el noroeste de Siria y participa en reuniones con la diáspora siria en Gran Bretaña, considerada un apoyo importante para la administración de transición siria.
“Inter‑Medit” y falta de transparencia
La organización británica Inter‑Medit ha liderado negociaciones con el gobierno sirio desde 2015. Ha sido criticada en el Parlamento por operar en secreto y negarse a publicar detalles de sus reuniones, alegando “confidencialidad”. Varios legisladores consideran este enfoque una violación del principio de transparencia en un tema de tanta relevancia.
Una figura destacada vinculada a la organización es Jonathan Powell, quien se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores sirio en Davos a principios de año y luego fue nombrado Asesor de Seguridad Nacional del Reino Unido.
Demandas locales y frustración de la diáspora
La falta de una embajada funcional afecta numerosos trámites para la comunidad siria en el Reino Unido, como la legalización de documentos. La arquitecta siria residente en Londres, Raneem Al‑Weir, relata cómo ella y su hermana tuvieron que enviar documentos a París, donde acabaron extraviados.
Al‑Weir considera que una misión diplomática británica en Damasco es urgente para proteger los derechos de ciudadanos británicos que participan en la reconstrucción y gestión administrativa en Siria.
Conclusión
Pese a las declaraciones oficiales de Londres sobre restablecer relaciones con Damasco, las cuestiones de seguridad, políticas y logísticas siguen postergando una representación diplomática plena. El Reino Unido parece preferir una diplomacia indirecta para evitar enfrentamientos directos con el gobierno sirio. Esta ambigüedad plantea grandes desafíos para el futuro de las relaciones bilaterales, mientras que la comunidad siria británica intensifica su demanda de reabrir embajadas y reanudar una labor diplomática activa.